Fotografía de Inmaculada Cuesta y texto de María Merino
Gris
sobre rojo. ¿Un trozo de hierro al azar o la mano del hombre dejando su huella?
¿Inicio de algo o simple desecho? ¿Progresión de unos ojos perforados sobre el
duro material, o quietud en la sombra sobre el rojo eterno?
Vulgar
y hermoso. Alzado desde su grisura, enmarcado en terciopelo escarlata. Lo
bello, ¿intrínseco o fruto de una mirada?
Imagen
del hombre: cotidiano y extraordinario, mediocre y apasionado, proyecto y
permanencia. Imagen del tiempo que se fuga y que se anuncia. Y el hombre
caminando con él, inseparables compañeros, tejiendo en gris y rojo la trama de
la vida. Hasta su fusión en el esplendor de todos los colores, de todas las
formas, de todas las bellas pasiones. En la ruptura de los relojes, en la ausencia
de los grises. En el Eterno.
María Merino. Profesora de la Universidad de Valladolid